jueves, 27 de septiembre de 2012

La eterna batalla

Llega un momento en la vida de todo ser humano (y al parecer de todo humanejo) en que se libra una lucha cruel y despiadada entre el corazón y el cerebro, ¿ejemplos?, hay muchos; cuando te enculas con la tetona a la que no le importas mientras ignoras a la vieja que es linda contigo porque no está buena, cuando las chicas rechazan al caballerito por el patán que termina por ponerles el cuerno y que para colmo de males es aún más feo o naco y entonces la batalla comienza, el corazón dice "pero la (o) amo" y el cerebro responde "¡PENDEJO (A), ¿no ves lo que te está haciendo? ¡ABORTA LA MISIÓN! ¡ABORTA!¡SAL DE AHÍ!. 

Llegado este momento ocurren una de dos cosas, optas por hacer caso a tu cabeza y mandas a la verga al bastardo o culera en cuestión o sucumbes ante el batallón de las hormonas y sigues recorriendo ese camino que termina con tus sentimientos hechos mierda y/o tu bolsillo vacio. 

Para decidir a quién escuchar en estos casos, entro en modo analítico y planteo las funciones básicas del corazón y del cerebro y me digo: el corazón es una pinche bomba de agua que se tapa con relativa facilidad y se descompone muy seguido, el cerebro por otra parte es un procesador de altísima capacidad del cual sólo usamos el 10% y nos basta para toda una vida, ¿a quién conviene dejarle las decisiones?....como verán tenemos un ganador, ahora hagan lo mismo cuando se encuentren en una situación semejante. 


PD: Hasta ahora el resultado de la batalla es este: sigo sin fijarme en las feas pero me es más sencillo decirle a las tetonas que se metan su silicón por el culo cuando me hacen algo.

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